Decidir emprender es dar el primer paso hacia la realización de un sueño. Emocionado te sumerges en los detalles de tu producto o servicio, configurando la imagen, la logística, estableciendo precios, y definiendo la oferta de valor. Sin embargo, en este emocionante viaje surgen a tu alrededor preguntas como: ¿Ya te diste de alta en el SAT? ¿Das facturas? ¿Necesitas mi constancia de situación fiscal? o incluso el temor de que Hacienda llegue a pedirte documentación, puede restarle encanto al proceso emprendedor.
No importa cuán desafiante pueda parecer el camino del emprendimiento, estamos aquí para iluminar tu trayecto y proporcionarte la claridad que necesitas. Enfrentar los desafíos tributarios y empresariales puede resultar abrumador, pero queremos que sepas que no estás solo. Con nuestro apoyo te guiaremos paso a paso.
PERSONA FISICA O PERSONA MORAL
Como emprendedor, la primera encrucijada se presenta al decidir si establecerás tu negocio como persona física o moral. ¿Pero qué implica cada elección? Es una pregunta que seguramente te estás planteando.
Bien, la persona física te representa a ti individualmente, con tu nombre dado de alta en hacienda. Eres tanto el propietario como el responsable de los beneficios y obligaciones del negocio. Por otro lado, una persona moral es una entidad formada por un conjunto de individuos que se unen para crear una sociedad, y esa sociedad se convierte en la persona moral. Actualmente, existe la opción de constituir una sociedad de acciones simplificada, incluso con una sola persona física, lo que amplía las posibilidades.
Este aspecto es crucial y se recomienda evaluarlo junto a un contador y, posiblemente, con la asesoría legal de un abogado. Es esencial analizar la estructura que mejor se ajuste a tu visión empresarial.
EMPLEADOS
Otra decisión significativa es la gestión de personal. Si planeas tener empleados a tu cargo, ten en cuenta que se deben realizar trámites adicionales, como el alta patronal en el IMSS y el registro para el Impuesto sobre Nómina, dependiendo del estado en el que operes.
REGIMEN FISCAL
Después de definir cómo estructurar tu negocio, el siguiente paso crucial es elegir el régimen fiscal adecuado. Los regímenes fiscales se segmentan en función de si eres una persona física o moral, y luego se subdividen según la actividad que desempeñas.
La elección del régimen fiscal no es una tarea trivial; de hecho, determina las obligaciones que tendrás ante el SAT. Es esencial comprender que cada régimen fiscal establece cómo pagarás el ISR, es decir, el Impuesto sobre la Renta, y esta estrategia varía significativamente entre cada régimen.
Esta fase del proceso es esencial y se recomienda encarecidamente discutirla con un contador. La idea es abordar todos los aspectos de tu operación, tus aspiraciones empresariales, la estructura de tu negocio, y más. La colaboración con un profesional asegurará que tu elección sea la más acertada y beneficiosa para tu emprendimiento.
TRAMITES BASICOS
Una vez que estas determinaciones cruciales se han tomado, es momento de abordar los trámites básicos con el SAT para poner en marcha tu emprendimiento de manera ordenada y sin contratiempos.
El primero es el RFC, registro federal de contribuyentes el cual es tu clave de identificación ante el SAT. Si eres persona física mayor de edad y ya trabajaste como empleado, es muy probable que ya cuentes con dicha clave. En el caso de personas morales, el trámite se realiza al momento de la constitución ante el notario. Si no estas seguro de tener RFC, lo puedes consultar en la pagina del SAT “VALIDA TU CLAVE DEL RFC” y solo necesitaras tu CURP para consultarla.
Con el RFC en mano, el siguiente paso es uno de los trámites más cruciales: la obtención de la firma electrónica. Este procedimiento requiere presencia física en una oficina del SAT, donde recibirás dos archivos digitales (uno .cer y otro .key) junto con una contraseña. Asegúrate de respaldar esta firma, ya que, en caso de pérdida, tendrás que repetir el proceso de manera presencial.
Una obligación frecuentemente olvidada pero vital es activar el Buzón Tributario. Este trámite simple, pero crucial, proporciona al SAT dos medios de contacto: tu número de celular y correo electrónico. A través del Buzón Tributario, recibirás notificaciones importantes, como intentos de cancelación de facturas por parte de proveedores, avisos, notificaciones fiscales, entre otros.
Si planeas tener empleados, el siguiente paso es el Alta Patronal en el IMSS. Este trámite puede realizarse de forma presencial en una delegación del IMSS o en línea. Además, debes acudir a las oficinas gubernamentales de tu localidad para inscribirte y cumplir con el Impuesto sobre Nómina, el cual varía según el estado. ¡Asegúrate de asesorarte con tu contador para entender los requisitos y porcentajes de pago específicos para tu situación!
Ahora que has completado los tramites esenciales, estás listo para comenzar a facturar y recibir los ingresos que tu emprendimiento generará. Es fundamental obtener tu constancia de situación fiscal, la cual te proporcionará claridad sobre tus obligaciones fiscales y los plazos para evitar multas y sanciones innecesarias.
ASESORIA: PREVENCION DE PROBLEMAS FUTUROS
Aquí radica la importancia de la asesoría al iniciar un emprendimiento. Contratar servicios de asesoría afinará los detalles cruciales, como determinar bajo qué figura conviene más iniciar tu negocio. Además, te guiará para evaluar si los bienes o servicios que ofreces están sujetos al Impuesto al Valor Agregado (IVA) y a qué tasas. Esta orientación detallada contribuirá a definir el rumbo fiscal de tu negocio, aportando claridad y orden a tus finanzas desde el principio.
Al emprender, es esencial considerar los impuestos dentro del presupuesto, ya que descuidar esta parte podría resultar en que tus utilidades se vean afectadas por impuestos. No te arriesgues. Una asesoría desde el inicio puede convertirse en una inversión valiosa, ahorrándote no solo dinero sino también tiempo y esfuerzo a largo plazo. Recuerda, es una inversión no un gasto. ¡Tu tranquilidad lo vale!